…es uno de los mensajes que se han escuchado durante la protesta.
A propósito de la huelga del martes… Profesionales del primer ciclo (0 – 3 años) de la etapa infantil se han manifestado contra la precariedad laboral del sector. Reivindicaban la necesidad de dignificar la educación en esta primera etapa del desarrollo. Han gritado su indignación, a coro se podía escuchar: «educar al futuro» sin «recibir ni un duro» o, «Creamos sonrisas por un sueldo de risa». Yo no pude acompañarles a protestar, estaba trabajando en una cosa que nada tiene que ver con mi formación como educadora infantil.
Ellas, son mayoría, y saben a la perfección que el trabajo que desempeñan y la responsabilidad que tienen a cuestas no se corresponde con el salario percibido, que por cierto no llega a los 900 euros. Largas jornadas, altas ratios y contratos como auxiliares, son algunas de las perlas que reciben quienes pueden ejercer su profesión. Es de coña que aún tengamos que indicar que los sitios donde tus hij@s pequeños pasan casi todo el día, no son cajas donde se les guarda, las guarderías no existen, y si alguna escuela o centro infantil lo parece, no está cumpliendo con lo establecido como primordial en un espacio de desarrollo infantil. Los ambientes educativos que realmente persiguen un desarrollo integral durante la infancia, no guardan a nadie en ninguna parte. En realidad son ambientes de aprendizaje donde esas pequeñas personas construyen por sí mismas sus aprendizajes, adquieren autonomía; son espacios dispuestos para estimular las bases que más adelante les hará adultos reflexivos, determinados, autónomos, solidarios, seguros, participativos, sociables… aprendizajes que se irán consolidando con el tiempo, pero que empiezan a forjarse en los primeros años.
Por favor, lee conmigo al psicopedagogo italiano Francesco Tonucci, cuando expone con determinación que lo más importante (en el desarrollo del ser humano) ocurre antes: «Los que estudiamos temas de educación sabemos que el desarrollo más importante en la vida de una persona ocurre en los primeros años, antes de entrar en una escuela, antes de conocer un maestro, antes de tener en su mano un libro de texto. Esto significa que el desarrollo más importante ocurre antes y fuera de la escuela. Yo creo que no tenemos más remedio que reconocer que el niño crece jugando, y que jugando desarrolla más que estudiando; esto no es una provocación, no tiene nada que ver con el respeto a la escuela, ésta sigue siendo una experiencia fundamental para el niño pero hay que recolocarla, ponerla en su correcta dimensión. Lo más importante ocurre antes, porque antes de entrar en un aula escolar los niños tienen que poner los cimientos sobre la escuela, la familia, la sociedad; y después podrán construir todo lo que necesitan, todo lo que quieren. Si no hay cimientos no se construye, y los cimientos se ponen solos, cada niño tiene que construir sus propios cimientos, y aquí radica la importancia del juego».
Porque es antes, durante la etapa infantil, cuando se forjan los primeros aprendizajes sobre los que se construirán las siguientes adquisiciones físicas, afectivas, intelectuales y sociales; es antes cuando comienza a encenderse esa llama interna. La etapa infantil es un tiempo determinante para que después la llama pueda flamear con intensidad. Sí, lo más importante ocurre antes, y también ocurre independientemente de las cuatro paredes de un centro, ocurre de corazón a corazón.
Pero no es difícil percibir que la sociedad desconoce la importancia de este momento evolutivo en la vida de una persona. Los gobiernos cambian leyes educativas cada cuatro años como si de cambiar de coche se tratara, los planes educativos restan importancia a materias como la educación musical o la educación emocional, muchos padres y madres apuestan por el bilingüismo más que por la autoeducación, los océanos vomitan plástico y el mediterráneo se traga africanos de todas las edades, el mundo empieza a apostar por la sostenibilidad, un planeta que pueda ser heredado en condiciones; ¿algún día la sociedad entenderá que es más efectivo apostar por las personas? ¿Habrá conciencia un día de que un niño amado, cuidado, será un adulto responsable con el lugar donde vive? Mientras no fijemos los ojos en la infancia con el fin de conocer sus necesidades y suplirlas adecuadamente, seguirá habiendo exceso de plástico y, continuará la hipocresía en medio de la industria armamentista, las guerras, la migración masiva, los intereses de poder y la filantropía que esconde evasión fiscal.
Que no se trata sólo de ofrecerles una alimentación y nutrición adecuadas, una maestra bilingüe y un pediatra formadísimo; la educación infantil es una etapa clave del desarrollo, y requiere un acompañamiento respetuoso en la más pura muestra de amor y en todos los espacios donde reside. Sé que no me leen madres que tiran a sus hijos en contenedores o abusadores de menores, y sé también que quien más daño hace es quien más sufre, esas personas un día fueron pequeñas, si hubiesen sido amadas en todos los ámbitos de su desarrollo, su historia seguramente sería otra.
“La educación no es una preparación para la vida, la educación es la vida misma”
John Dewey
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